Pintia
EL DIRECTOR DE LAS EXCAVACIONES COMPRA UNA PARCELA PARA EVITAR DESTROZO
La adquisición evitará que el arado vuelva a destruir los depósitos funerarios
C. Monje
Elmundo.es "Hace treinta años que se descubrió este cementerio y seguimos con la misma desprotección de siempre. He llegado a la conclusión de que aquí el concepto sacrosanto es la propiedad privada y actúo en consecuencia". Es la explicación del director del Centro de Estudios Vacceos Federico Wattenberg, Carlos Sanz Mínguez, sobre su último intento de salvar la necrópolis Las Ruedas de Pintia: adquirir él mismo una parcela del cementerio donde se 'escribe' la historia de los antepasados que habitaron la provincia desde el siglo IV antes de Cristo.
Lejos de celebrar ese treinta aniversario, en el centro de estudios de la Universidad de Valladolid, que trabaja año tras año en Pintia, no están para fiestas. En enero tocó denunciar ante el Seprona otro atropello en los enterramientos de este Bien de Interés Cultural situado en Padilla de Duero, cuando las tareas agrícolas de arado volvieron a sacar a la superficie una decena de estelas funerarias. La queja ha llegado también ante el Procurador del Común, que la ha admitido a trámite.
Ante un panorama que no cambia (el yacimiento se ha incluido en la lista roja del patrimonio en peligro de Hispania Nostra), el director de las excavaciones tiene ya en sus manos las escrituras de una hectárea y media, de la que una hectárea se sitúa en la zona estratégica de la necrópolis, contigua a la dañada recientemente. En esa superficie, calcula, puede haber "entre 20.000 y 30.000 enterramientos".
Lejos de celebrar ese treinta aniversario, en el centro de estudios de la Universidad de Valladolid, que trabaja año tras año en Pintia, no están para fiestas. En enero tocó denunciar ante el Seprona otro atropello en los enterramientos de este Bien de Interés Cultural situado en Padilla de Duero, cuando las tareas agrícolas de arado volvieron a sacar a la superficie una decena de estelas funerarias. La queja ha llegado también ante el Procurador del Común, que la ha admitido a trámite.
Ante un panorama que no cambia (el yacimiento se ha incluido en la lista roja del patrimonio en peligro de Hispania Nostra), el director de las excavaciones tiene ya en sus manos las escrituras de una hectárea y media, de la que una hectárea se sitúa en la zona estratégica de la necrópolis, contigua a la dañada recientemente. En esa superficie, calcula, puede haber "entre 20.000 y 30.000 enterramientos".
Efectos del arrastre
El problema no es la aparición de las lápidas en superficie, sino lo que queda debajo, explica Carlos Sanz. Con el efecto de los trabajos de arado en profundidad, esas grandes lápidas arrastran los depósitos funerarios, donde el pueblo vacceo dejaba junto a las cenizas del fallecido una serie de objetos.
Los ajuares son fundamentalmente metálicos, pero las ofrendas viáticas eran introducidas en vasijas, las mismas que por su contenido demostraron que el primer vino de la Ribera del Duero no lo introdujeron los romanos, y las mismas que se destruyen con este tipo de intervenciones.
"Cuando excavamos, nos encontramos que por encima de 50 centímetros prácticamente ha desaparecido el cementerio. Acabamos pudiendo documentar sólo las tumbas que están a más profundidad", relata Carlos Sanz sobre la destrucción de enterraminentos, que –según las zonas– se encuentran entre 35 centímetros y dos metros por debajo de la superficie.
A falta de un Plan de Protección Especial, que el Ayuntamiento de Peñafiel ya prometió en el año 2001, la solución para el director de las excavaciones no es otra que la compra de los terrenos. A comienzos de los 90, la Junta de Castilla y León adquirió algo más de una hectárea de la necrópolis y el consistorio de la localidad posee otras dos en el poblado de Las Quintanas, pero la zona arqueológica de Pintia se extiende por 125 hectáreas. La declaración BIC, firme desde 1993 y con expediente incoado en 1987, no impide a los propietarios cultivar las tierras. Hasta 1984 las aradas fueron superficiales, pero con la llegada de la concentración parcelaria, la maquinaria llega mucho más hondo.
El director general de Patrimonio, Enrique Saiz, compareció la pasada semana en las Cortes para responder a una pregunta socialista sobre el último episodio en Pintia y aseguró que la arada no había pasado de los 30 centímetros, mientras que el Centro de Estudios Vacceos asegura haber comprobado que en algunos puntos se removió hasta 60–70 centímetros. Tampoco convence en el departamento de la UVA el argumento de que la Junta no puede adquirir toda la superficie arqueológica de la Comunidad: "En Valladolid hay 1.600 yacimientos arqueológicos, pero zonas estratégicas habrá habrá media docena".
El problema no es la aparición de las lápidas en superficie, sino lo que queda debajo, explica Carlos Sanz. Con el efecto de los trabajos de arado en profundidad, esas grandes lápidas arrastran los depósitos funerarios, donde el pueblo vacceo dejaba junto a las cenizas del fallecido una serie de objetos.
Los ajuares son fundamentalmente metálicos, pero las ofrendas viáticas eran introducidas en vasijas, las mismas que por su contenido demostraron que el primer vino de la Ribera del Duero no lo introdujeron los romanos, y las mismas que se destruyen con este tipo de intervenciones.
"Cuando excavamos, nos encontramos que por encima de 50 centímetros prácticamente ha desaparecido el cementerio. Acabamos pudiendo documentar sólo las tumbas que están a más profundidad", relata Carlos Sanz sobre la destrucción de enterraminentos, que –según las zonas– se encuentran entre 35 centímetros y dos metros por debajo de la superficie.
A falta de un Plan de Protección Especial, que el Ayuntamiento de Peñafiel ya prometió en el año 2001, la solución para el director de las excavaciones no es otra que la compra de los terrenos. A comienzos de los 90, la Junta de Castilla y León adquirió algo más de una hectárea de la necrópolis y el consistorio de la localidad posee otras dos en el poblado de Las Quintanas, pero la zona arqueológica de Pintia se extiende por 125 hectáreas. La declaración BIC, firme desde 1993 y con expediente incoado en 1987, no impide a los propietarios cultivar las tierras. Hasta 1984 las aradas fueron superficiales, pero con la llegada de la concentración parcelaria, la maquinaria llega mucho más hondo.
El director general de Patrimonio, Enrique Saiz, compareció la pasada semana en las Cortes para responder a una pregunta socialista sobre el último episodio en Pintia y aseguró que la arada no había pasado de los 30 centímetros, mientras que el Centro de Estudios Vacceos asegura haber comprobado que en algunos puntos se removió hasta 60–70 centímetros. Tampoco convence en el departamento de la UVA el argumento de que la Junta no puede adquirir toda la superficie arqueológica de la Comunidad: "En Valladolid hay 1.600 yacimientos arqueológicos, pero zonas estratégicas habrá habrá media docena".
Foto: Piezas rotas rescatadas de una tumba removida por el arado. CEVFW
Mapa: Situación del yacimiento de Pintia.
Etiquetas: BIC, Noticias de prensa, Valladolid
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