El patrimonio de Castilla y León

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viernes, 21 de marzo de 2014

Preocupación vecinal en Escobar (León)

UN PUEBLO QUE VIVE EN VILO POR SU IGLESIA

El último pueblo de León por Palencia teme por el templo y sus valiosos retablos y artesonado por una grieta que avanza en la torre.
La grieta de la torre de la iglesia de Escobar de Campos - JESÚS F. SALVADORE
La grieta de la torre de la iglesia de Escobar de Campos - JESÚS F. SALVADORES
Ana Gaitero | Escobar de Campos 16/03/2014


«Si se cae la iglesia, nos echa del pueblo». Cada amanecer, en Escobar de Campos, lo primero que mira la gente es la torre de San Clemente. «Hace un año apareció una grieta y desde hace dos meses se va ensanchando cada vez más más», comenta la mujer.
El cura está preocupado. «He pedido presupuesto a dos empresas y parece que no baja de 30.000 euros. El pueblo no lo puede asumir», alega Gaspar Turienzo. Cuando se hizo cargo de la parroquia el templo estaba sembrado de calderos para recoger el agua de las goteras. «El pueblo se portó muy bien y conseguimos arreglarlo con una ayuda de la Diputación y ahora nos pasa ésto», lamenta mostrando la grieta que atraviesa la cara sur de la torre.
«Somos cuatro en el pueblo, ¿cómo se va a arreglar?», dice otro vecino. El pueblo vive en vilo a cuenta de la torre. Son apenas cuarenta vecinos en invierno y todos, excepto un agricultor que ha tenido que empadronarse en Sahagún, son mayores de 60 años.
Aurelio Garrán González es el campanero y está al «cuidado del pueblo». Se ocupa de la iglesia, abre y calienta el consultorio y orienta en los cultivos a los nuevos obreros que llevan las tierras que hasta su jubilación trabajó como obrero del campo.
Desde el 23 de noviembre, día de San Clemente, patrón del pueblo, no ha vuelto a subir a tocar las campanas, oficio que desempeña desde que cumplió los catorce años. «Es campanero con mérito, por lo bien que toca, y le han fastidiado hasta el oficio», comenta el párroco.
«Después subí con el primer aparejador que vino a verlo y el lunes con el de Sahagún», apunta en referencia a los expertos que han visitado la iglesia para evaluar el coste de su arreglo.
La cosa no está para bromas: «Si se cae la torre se lleva la iglesia consigo», agrega. Y todo lo que conserva dentro. Un rico artesonado en el ábside y varios retablos de valor artístico. Máximo Gómez Rascón, vicario de Patrimonio, destaca la valía de las tablas tardogóticas que se reutilizaron en el siglo XVIII para dar contenido al retablo barroco del altar mayor, una preciosa obra de ebanistería a «lo blanco» que se cree no llegó a rematarse pues habitualmente estos armazones de madera se pintaban y doraban.
El pueblo teme quedarse sin iglesia, ahora que ya ni siquiera les dicen misa los domingos. El párroco tiene siete pueblos y en Escobar atiende las obligaciones litúrgicas los sábados por la tarde. Después de misa se abre el tele club en la flamante casa consistorial construida frente al templo. Esa tarde y el domingo por la mañana son las pocas horas que se utiliza el edificio.
Los vecinos observaron que la torre se abría por Semana Santa del año pasado. «Pero en los dos últimos meses es cuando peor se ha puesto», asegura el cura. La parroquia ha tenido que destinar el escaso dinero de que disponía —unos 2.000 euros— a obras de emergencia en el coro alto, donde taparon el arco de acceso interior a la torre.
Según Rascón, los fondos del convenio que acaba de suscribir el Obispado de León con la Diputación para el arreglo y mantemiento del patrimonio mueble e inmueble de la diócesis se distribuyen «según un orden de prioridad». En el pueblo piden que se involucre la Junta de Castilla y León: «Para la Junta no es dinero», apunta el párroco.
El alcalde, Segundo Velasco, señala que «el cura nada me ha dicho, ni me ha pedido. La iglesia es del Obispado de León y yo no tengo nada que decir, no me voy a meter donde no me llaman». El alcalde señala que hace unos meses se desplazó personalmente a Sahagún con su tractor para transportar material para el arreglo de emergencia en el coro alto.
El alcalde no cree que la torre cause peligro a la población. «No hay gente para que les caiga encima», subraya. Velasco asegura que la nave que está apoyada sobre la torre de la iglesia se hizo con todos los predicamentos legales y no cree que el vertido de las aguas de sus tejados, que caía sobre la base de la torre, sea la causa de la grieta que de la torre.
«Ya hace tiempo que desviaron el canalón y no cae agua», recalca. En cambio, los técnicos han apuntado al párroco que no descartan que haya habido una causa-efecto entre el vertido de aguas pluviales y el boquete.
«La misa y el pimiento son de poco alimento», comenta una vecina que dice que «algo tiene que haber, porque si no a ver de dónde venimos, pero no tiene muy claro que sea Dios: si fuera Dios no permitiría todas las injusticias que hay en el mundo».
Las tablas cuentan la vida de San Clemente, el patrón del pueblo. En el ábside también cuenta la iglesia con un artesonado de madera de nogal, al igual que el resto de la carpintería. En estas tablas están los primeros tres papas de la iglesia después de Pedro, el apóstol: Lino, Cleto y Clemente.
El retablo es del siglo XVIII y las tablas son anteriores, tardogóticas, posiblemente de los siglos XV-XVI. En la predela alternan las tablas reubicadas con motivos vegetales. El artesonado, afectado por humedades antiguas, también «es una joya», destaca Gaspar Turienzo.
Uno de los retablos laterales es atribuido por los expertos al maestro de los Santos Juanes, pintor anónimo que trabajó en el sur de la Diócesis de León entre 1520 y 1545. «Partiendo de un estilo deudor de Juan de Flandes, incorpora la influencia de Juan de Borgoña y, más tarde, de la estampa rafaelesca», apunta un estudio realizado por la Universidad de Valladolid.
El maestro de los Santos Juanes es bastante «identificable» para los estudiosos por la singular iconografía: «Repite composiciones y crea siempre personajes corpulentos, de rostros muy expresivos, carentes de dulzura, sobre todo los masculinos». Asimismo, en los ropajes emplea «pliegues rígidos, muy marcados, con los que consigue dotar de volumen a las figuras», agrega.
Un referente en Campos
El estudio de las seis tablas que se conservan de este retablo en Escobar de Campos ha servido para atribuir al anónimo autor varias obras en Tierra de Campos, entre ellas, los retablos de San Facundo y San Primitivo de Cisneros (Palencia) y el de la iglesia parroquial de Mayorga de Campos.
Las tablas de Escobar ocupan un «lugar intermedio» en la producción de este pintor a quien también se le considera discípulo del maestro de Astorga y debieron ejecutarse en un taller establecido en la comarca, «lejos» de la capital en aquellos tiempos. El interés por la anatomía delata al pintor renacentista. El estudio destaca la influencia italiana en concreto en la tabla de San Sebastián colocada en el banco del retablo y «el desarrollo de un espacio coherente en los interiores, así como el uso de la arquitectura renaciente».
También encuentran los estudiosos «influencias nórdicas» en este maestro anónimo en su gusto por situar paisajes en la lejanía como telón de fondo y el tipo de «plegados metálicos» utilizados en la ropa.
Las otras tablas se dedican a la Anunciación, la Circuncisión y la Epifanía y un santo que se identifica con el papa San Fabián puesto que se le suele representar al lado de San Sebastián.
La iglesia de San Clemente cuenta con más patrimonio sacro fuera del templo. En concreto, en el Museo Diocesano de León se conserva un Cristo que fue rescatado del abandono en «el cuarto oscuro» donde estaba abandonado. Fue restaurado. «Si cae la torre se lleva la iglesia consigo. Se lleva los retablos y todo», insiste el cura.

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1 comentarios:

  • A las 31 de enero de 2015, 18:35:00 WET , Blogger Rafael ha dicho...

    Autoridades competentes: ¡¡¡Lamento profundamente que la Iglesia de mi pueblo esté "tocada de muerte"!!! Yo vivo en Madrid, pero siento un tremendo dolor cuando visito el pueblo de Escobar de Campos (León) y observo que cada vez el conjunto Iglesia-Torre y Retablos va a peor. Si la torre, herida por unas amenazantes grietas, se derrumba, se lleva consigo por destrucción a la Iglesia con todos su fantásticos y valiosos tesoros dignos de nuestro Patrimonio de Castilla-León y por ende, del Patrimonio Nacional. Lo peor es que también podría causar víctimas humanas.
    Se hace restauraciones en pueblos próximos, paro al mío nunca le toca. Y lo necesita, ¡vaya si lo necesita!
    ¡¡¡Quiero que mi pueblo sobreviva!!! Me fuí de él con 10 años a estudiar interno. Ahora tengo 67 y quiero a mi pequeño pueblo con el amor del hombre que ama a su tierra, a esa tierra que le vio nacer. El vivir en Madrid no me hace insensible a la ignorancia de quienes son responsables del PATRIMONIO. Sí, me refiero al Obispado de León, a la Junta de Castilla-León y al Patrimonio Nacional.
    Desde aquí, lanzo un SOS. RES-TAU-REN, por favor, la TORRE, la IGLESIA y el RETABLO (todos los distintos, pequeños y maravillosos alteres con que cuenta la iglesia o parroquia de San Clemente de Escobar de Campos, León.
    Espero que mi voz no quede ahogada en estas letras, en este comentario y un día nefasto, tengamos que lamentar lo temido y anunciado.
    Me despido triste y esperanzador.

    Rafael González Martínez

     

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