Medina del Campo
GOTERAS EN
LA IGLESIA DE SAN ANTOLÍN
La imagen de la Virgen de la Soledad ha tenido que ser
desplazada a la sacristía
La imagen
de la Virgen de la Soledad (siglo XVI) ha abandonado su lugar habitual de
descanso, el retablo de la Epístola de la capilla de Nuestra Señora de las
Angustias de la Colegiata de San Antolín, para ser trasladada de manera
transitoria a la sacristía del templo. Este cambio de emplazamiento está
motivado por una gran gotera que si el Arzobispado de Valladolid no pone
remedio, acarreará un grave problema tanto a los feligreses como al párroco,
Rodolfo García, quien lleva tres años esperando a que le den una solución a
este problema.
«Llevo años
detrás del Arzobispado para que me arreglen esta gotera y el resto de humedades
y nadie me hace caso, a pesar de que el Arzobispado conoce de primera mano lo
que está ocurriendo, ya que les envió correos electrónicos, fotos y voy en
persona hasta Valladolid para intentar solucionar algo», comentó García, quien
mientras espera la respuesta del Arzobispado para ver si tanto ellos como la
Junta de Castilla y León habilitan una partida presupuestaria para retejar los
cuatro metros cuadrados de tejado en malas condiciones, tiene que sufrir durante
las misas el desprendimiento de cascotes. «Esta situación es más preocupante en
las misas de niños porque me da miedo de que se caiga algo de yeso y tengamos
un disgusto».
Por el
momento, el párroco, además de cambiar a la Soledad para preservar su seguridad,
agradece que no haya pasado nada y, «gracias a Dios, los dos lienzos que hay en
el retablo barroco, que son valiosísimos, se han salvado y no se han mojado»,
pero lamenta esta situación que «tarde o temprano tendrá que finalizar y nos
tendrán que arreglar la gotera y todas las humedades porque no podemos seguir
así y la parroquia no tiene dinero para pagar el arreglo».
Desde hace
tres años García imparte misa en el templo más importante de Medina del Campo
durante las mañanas y las tardes-noche. Las eucaristías –hasta seis al día– y
el aumento de feligreses (un centenar de niños para tomar la comunión y más de
70 para confirmarse para este año) hacen que la capilla de las Angustias, que
se utiliza durante el invierno para ahorrar en calefacción en la nave central,
sea el punto de encuentro de los católicos practicantes de la localidad.
«La semana
pasada, con las lluvias y después con el deshielo de la nieve, durante una misa
de niños caía agua que chorreaba por todos los lados», comentó García, quien se
alarmó porque el charco de agua alcanzó el metro y medio y llegaba más allá del
retablo, por lo que el manto de la Soledad y la talla se empaparon».
A pesar de
que el párroco remitió su preocupación en multitud de correos electrónicos al
Arzobispado en los que adjuntó fotografías de la gotera y de las diversas
humedades del templo, estos «siempre me dan la negativa por respuesta
argumentando que no tienen dinero». El cura de la Colegiata también presentó la
reclamación de ayuda en noviembre pasado ante la delegación territorial de la
Junta de Castilla y León. Dos meses después, ni la Junta de Castilla y León ni
el Arzobispado han comunicado al párroco si finalmente llegará una partida
presupuestaria para arreglar la gotera. Ya no es solo un problema de la
iglesia, sino que «los vecinos del bloque de al lado ya han comunicado que
tienen humedades además de los problemas derivados de los palominos», explica.
Esta gotera no es el único problema de humedades que tiene el templo: el
afamado balcón en el que se encuentra la Virgen del Pópulo también tendría un
grave problema de humedades al igual que parte de la capilla del Cristo de la
Concepción (Quiñones) y de la casa del campanero.
«Cuando se
hizo la última rehabilitación de la iglesia no se debió acometer de manera
correcta ya que estamos sufriendo graves problemas de humedades», explicó el
párroco, quien lamentó la imposibilidad de acometer una obra global que pusiera
fin a estos problemas.
El resto
del agua, que llega a una altura considerable, también es un denominador común
de la zona anexa a la capilla de las Angustias, donde además de haber un gran
desprendimiento con posibilidad de derrumbe, se encharca con demasiada
frecuencia. «Esta zona es muy peligrosa ya que el techo se está cayendo», señaló
García, quien si tuviera dinero suficiente dispondría en ese espacio un área
destinado para las catequesis y confirmaciones.
Foto: Estado de la cubierta de San Antolín (El Día de Valladolid)
Etiquetas: BIC, Colegiata, Goteras, humedades, Medina del Campo, Valladolid
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