La Tizona, la de Segovia y el Cid
HISTORIAS DEL REINO
Margarita Torres
Diario de León, 27 mayo 2007
SI EL CID REAL levantara la cabeza, se moría del susto otra vez con la última fazaña castellana de Marisilvi. La consejera de Cultura aprovecha el cambio de escaparate primavera-verano para despedirse del gobierno de la Junta, esperamos que para siempre, con un bombazo digno de ella: la compra de la supuesta espada Tizona que blandió Rodrigo Díaz de Vivar contra la morisma que asolaba las tierras patrias allá por finales del siglo XI.
Margarita Torres
Diario de León, 27 mayo 2007
SI EL CID REAL levantara la cabeza, se moría del susto otra vez con la última fazaña castellana de Marisilvi. La consejera de Cultura aprovecha el cambio de escaparate primavera-verano para despedirse del gobierno de la Junta, esperamos que para siempre, con un bombazo digno de ella: la compra de la supuesta espada Tizona que blandió Rodrigo Díaz de Vivar contra la morisma que asolaba las tierras patrias allá por finales del siglo XI.
Y digo que digno de ella porque ha pagado 1,6 millones de euros por una espada que no perteneció al Cid, ya que cuatro expertos aseguran que es tres o cuatro siglos posterior a la muerte de Rodrigo y que, salvo contacto espírita, no mantiene otro lazo con el Campeador que el bolo que le han metido a la segoviana. La chica, que entiende más de trapitos y moda que de Cultura, no ya digamos de armas medievales de esas que cercenan cabezas, considera que tal artefacto es comparable a Excalibur y a la Joyeuse de Carlomagno. El problema, mi niña, es que ni siquiera estamos seguros de que existiera el Rey Arturo, así que imagínate su espada, y la de Carlomagno, salvo inventario coevo, procede de la leyenda y el mito. Si esas son tus fuentes de comparación, dedícate a las revistas de moda, anda.
Cuando uno piensa el bien que con 1,6 millones de euros se puede hacer, la mala leche se corta con cuchillo o con la Tizona, pero la de verdad. Tantas iglesias sin retejar, tantos yacimientos expoliados, eso sin olvidarnos del castillo solar del conde burgalés Fernán González, que se cae a pedacitos, o de San Miguel de Escalada, que ya era viejo cuando el de Vivar nació. Mira que gastarte más de 250 millones de las antiguas pesetas en comprar un falso.
Dice la muchacha que tal objeto se convertirá en la estrella de la exposición sobre el Poema del Cid que, gracias a ella, comienza estrellada. Porque la gente que vaya se admirará de la estulticia de la consejera que adquirió tal pieza falsa por auténtica. La Junta aporta el pico de seiscientas mil mientras los empresarios de Burgos cargan con el millón de euros. Colada, como la otra espada cidiana, se la ha metido el marqués de Falces, propietario de la susodicha, que ya quiso endilgarla al ministerio de Cultura y le salió la estocada por la empuñadura, con cuatro informes de expertos avalando su falta de autenticidad, pues todo parece indicar que la joya, aunque medieval, se forjó tres o cuatro siglos después de morir el Cid. A Silvia, que le atrae China, la han engañado como a una indígena del país de Oriente. Antes de irte y dejar en paz nuestro patrimonio, los leoneses te hacemos varias ofertas: ¿No te interesaría adquirir a un descendiente de Babieca, el caballo de Rodrigo? ¿La muela del bisabuelo leonés del Campeador? ¿La psicofonía grabada en Vivar de los infantes de Carrión conspirando? ¿El reportaje gráfico de la Jura de Santa Gadea? ¿Las declaraciones en Hola medieval de Doña Jimena Díaz? Mira que por otro millón de eurillos te montamos la escenografía completa, hasta te conseguimos a Brad Pitt en el papel del rey Sancho de Castilla. Pero date prisa, Mari, que me lo quitan de las manos.
Foto: Espada adquirida por la Junta de Castilla y León como la Tizona del Cid.
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