Lista Roja en Segovia
ENFERMOS POR EL OLVIDO
Quince bienes segovianos figuran en la Lista Roja de monumentos amenazados de ruina que confecciona Hispania Nostra
César Blanco
El norte de Castilla
Quince bienes segovianos figuran en la Lista Roja de monumentos amenazados de ruina que confecciona Hispania Nostra
César Blanco
El norte de Castilla
El enfermo no tiene buena cara. Abandono, desidia y ruina son síntomas que se repiten y que incluso cada vez son más frecuentes. El cuadro se reproduce por toda la geografía de Castilla y León. Antiguas fortalezas, vetustos castillos, murallas, ermitas, iglesias, conventos, monasterios, palacetes medievales o casonas de nobles de antaño se levantan casi derruidos y maltrechos en diversos rincones de un territorio que hace del patrimonio su bandera. Muchos de esos enclaves apenas se tienen en pie, son esqueletos arquitectónicos que requieren de cuidados intensivos urgentes para poder recobrar su esplendor y el aspecto saludable que lucieron en otros tiempos.
La última radiografía hecha por la asociación sin ánimo de lucro Hispania Nostra revela una indeseable extensión del mal en la región. El informe clínico pone de manifiesto un empeoramiento del estado de salud del patrimonio autonómico. Hasta tal punto que Castilla y León ostenta el dudoso honor de ser la comunidad española con más monumentos en peligro de desaparición. Es la llamada Lista Roja, un informe que gana en sonrojo y alarma. Hace apenas tres años, la nómina de los edificios o parajes naturales amenazados era de 79. Ahora la pandemia del olvido se ha extendido a 129 enclaves sobre los que pende la espada de la desaparición.
Segovia también se ve aquejada por esta pandemia que azota a la región y que es el empobrecimiento de una parte de su vastísima riqueza patrimonial por culpa de la ruina y el abandono. La patología no diferencia si el enfermo es civil, militar o sacro. Poco a poco la lista suma pacientes. Con respecto al verano pasado, Hispania Nostra ha detectado un nuevo enfermo a ingresar en la UVI de los tesoros segovianos. Es el Palacio de los Contreras, en la localidad de Laguna de Contreras. El informe señala que el expediente para que este inmueble del siglo XII sea declarado Bien de Interés Cultural (BIC) está en plena tramitación.
La última radiografía hecha por la asociación sin ánimo de lucro Hispania Nostra revela una indeseable extensión del mal en la región. El informe clínico pone de manifiesto un empeoramiento del estado de salud del patrimonio autonómico. Hasta tal punto que Castilla y León ostenta el dudoso honor de ser la comunidad española con más monumentos en peligro de desaparición. Es la llamada Lista Roja, un informe que gana en sonrojo y alarma. Hace apenas tres años, la nómina de los edificios o parajes naturales amenazados era de 79. Ahora la pandemia del olvido se ha extendido a 129 enclaves sobre los que pende la espada de la desaparición.
Segovia también se ve aquejada por esta pandemia que azota a la región y que es el empobrecimiento de una parte de su vastísima riqueza patrimonial por culpa de la ruina y el abandono. La patología no diferencia si el enfermo es civil, militar o sacro. Poco a poco la lista suma pacientes. Con respecto al verano pasado, Hispania Nostra ha detectado un nuevo enfermo a ingresar en la UVI de los tesoros segovianos. Es el Palacio de los Contreras, en la localidad de Laguna de Contreras. El informe señala que el expediente para que este inmueble del siglo XII sea declarado Bien de Interés Cultural (BIC) está en plena tramitación.
Ajenos a figuras protectoras
Pero ni las figuras ni catalogaciones de protección les libran del inexorable mal del deterioro y del paso del tiempo. Ahí está, por ejemplo, el Palacio del Marqués de Revilla, una de las señas de identidad de Navares de las Cuevas. Fue designado Patrimonio Histórico Artístico de Interés Provincial en 1977. En la actualidad la lista le diagnostica un estado de abandono. Al ser de propiedad municipal, el Ayuntamiento confía en encontrar apoyo económico que haga posible su restauración. Otro ejemplo es el de la ermita románica de San Miguel, en Sacramenia, declarado Monumento Histórico Artístico desde 1983 y de la que apenas queda en pie la portada y los paramentos laterales. Las amenazas del vandalismo y del expolio también acechan al templo. De momento, parece que se iniciaron una maniobras de primeros auxilios para salvar y rehabilitar los vestigios con excavaciones arqueológicas, desescombros y el estudio de las pinturas deterioradas. Esos trabajos han parado sin tocar los restos de la ermita, que «siguen en estado lamentable», reza el análisis de Hispania Nostra.
La asociación advierte, precisamente, de que el desuso y descuido del patrimonio inmueble se ven azuzados en ocasiones por el ataque del hombre, que afea o destruye esta riqueza. Como botón de muestra basten los asaltos sufridos en forma de pintadas en algunos templos de la capital o las agresiones padecidas por los yacimientos arqueológicos de Domingo García. En esta localidad se halla otro de los pacientes de Hispania Nostra en Segovia. Se trata de otra joya del románico en «ruina progresiva por abandono». Es la ermita de San Isidro, emplazada en el cerro que lleva el nombre del santo labriego y cuyo valor arqueológico le hizo merecedor de la declaración de Bien de Interés Cultural. Tampoco le ha servido para huir del olvido.
El goteo de bienes afectados es constante en los últimos años, aunque si cabe un consuelo, Segovia ocupa el cuarto lugar de las provincia más damnificadas de la región junto a León, con quince enfermos en peligro que aguardan su rehabilitación en la UVI. Más grave, por ejemplo, es la situación en Palencia, donde la asociación tiene diagnosticados 24 casos de monumentos prácticamente en ruinas.
El Estatuto de Autonomía proclama al legado patrimonial como uno de los valores esenciales de la comunidad; pero un recorrido por algunos de los vestigios que a duras penas se conservan en pie en la provincia hace pensar que tal pronunciamiento simplemente se queda en una somera declaración de intenciones.
¿Se trata de una cuestión económica? ¿No hay dinero para su restauración y su mantenimiento? Cada vez son más las voces que se alzan contra el deterioro del patrimonio y la decadencia de la gestión cultural de este legado artístico y arquitectónico que salpica el paisaje rural de estos lares. La Asociación Amigos del Patrimonio es una de ellas, sobre todo a la hora de alertar de posibles desmanes en la capital segoviana. Uno de los críticos más feroces, aunque en el campo político de la batalla, es el portavoz en las Cortes regionales del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), José Ignacio Martín Benito.
Pero ni las figuras ni catalogaciones de protección les libran del inexorable mal del deterioro y del paso del tiempo. Ahí está, por ejemplo, el Palacio del Marqués de Revilla, una de las señas de identidad de Navares de las Cuevas. Fue designado Patrimonio Histórico Artístico de Interés Provincial en 1977. En la actualidad la lista le diagnostica un estado de abandono. Al ser de propiedad municipal, el Ayuntamiento confía en encontrar apoyo económico que haga posible su restauración. Otro ejemplo es el de la ermita románica de San Miguel, en Sacramenia, declarado Monumento Histórico Artístico desde 1983 y de la que apenas queda en pie la portada y los paramentos laterales. Las amenazas del vandalismo y del expolio también acechan al templo. De momento, parece que se iniciaron una maniobras de primeros auxilios para salvar y rehabilitar los vestigios con excavaciones arqueológicas, desescombros y el estudio de las pinturas deterioradas. Esos trabajos han parado sin tocar los restos de la ermita, que «siguen en estado lamentable», reza el análisis de Hispania Nostra.
La asociación advierte, precisamente, de que el desuso y descuido del patrimonio inmueble se ven azuzados en ocasiones por el ataque del hombre, que afea o destruye esta riqueza. Como botón de muestra basten los asaltos sufridos en forma de pintadas en algunos templos de la capital o las agresiones padecidas por los yacimientos arqueológicos de Domingo García. En esta localidad se halla otro de los pacientes de Hispania Nostra en Segovia. Se trata de otra joya del románico en «ruina progresiva por abandono». Es la ermita de San Isidro, emplazada en el cerro que lleva el nombre del santo labriego y cuyo valor arqueológico le hizo merecedor de la declaración de Bien de Interés Cultural. Tampoco le ha servido para huir del olvido.
El goteo de bienes afectados es constante en los últimos años, aunque si cabe un consuelo, Segovia ocupa el cuarto lugar de las provincia más damnificadas de la región junto a León, con quince enfermos en peligro que aguardan su rehabilitación en la UVI. Más grave, por ejemplo, es la situación en Palencia, donde la asociación tiene diagnosticados 24 casos de monumentos prácticamente en ruinas.
El Estatuto de Autonomía proclama al legado patrimonial como uno de los valores esenciales de la comunidad; pero un recorrido por algunos de los vestigios que a duras penas se conservan en pie en la provincia hace pensar que tal pronunciamiento simplemente se queda en una somera declaración de intenciones.
¿Se trata de una cuestión económica? ¿No hay dinero para su restauración y su mantenimiento? Cada vez son más las voces que se alzan contra el deterioro del patrimonio y la decadencia de la gestión cultural de este legado artístico y arquitectónico que salpica el paisaje rural de estos lares. La Asociación Amigos del Patrimonio es una de ellas, sobre todo a la hora de alertar de posibles desmanes en la capital segoviana. Uno de los críticos más feroces, aunque en el campo político de la batalla, es el portavoz en las Cortes regionales del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), José Ignacio Martín Benito.
Alarma desinformada
El representante no pierde ocasión para calificar de «fracaso» la gestión seguida por la consejera María José Salgueiro. Acusa a la titular autonómica de caer en un «conformismo que se da de bruces con la cruda realidad de un patrimonio cultural en franco deterioro, paralelo a la despoblación que azota el mundo rural».
Por su parte, el delegado territorial de la Junta, Luciano Municio, ya salió al paso de la alarma suscitada por la Lista Roja de Patrimonio de Hispania Nostra. El representante autonómico ha venido restando credibilidad a este tipo de informes porque «suelen tener muchos errores». Municio, a la sazón experto en asuntos arqueológicos y relacionados con el patrimonio, ve un problema en este tipo de listas y es que están elaboradas por gente que, efectivamente, ha visitado los lugares que describe, pero que no posee información sobre el inmueble ni acerca de lo que la administración puede estar haciendo para solucionar las deficiencias.
El delegado también se queja de que quienes actualizan estas relaciones y dan la voz de alarma sobre la cantidad de bienes en riesgo de ruina y abandono «no nos han preguntado en ningún momento».
En esta defensa de la gestión patrimonial de la Junta, Luciano Municio cita, por ejemplo, la inclusión en la Lista Roja de Hispania Nostra del castillo de Sepúlveda, que se encuentra bien conservado y en uso por parte del Ayuntamiento. En otros casos, la Administración regional poco puede hacer porque se refieren a bienes de titularidad privada, como pasa con el monasterio de Nuestra Señora de la Sierra, en Collado Hermoso.
El representante no pierde ocasión para calificar de «fracaso» la gestión seguida por la consejera María José Salgueiro. Acusa a la titular autonómica de caer en un «conformismo que se da de bruces con la cruda realidad de un patrimonio cultural en franco deterioro, paralelo a la despoblación que azota el mundo rural».
Por su parte, el delegado territorial de la Junta, Luciano Municio, ya salió al paso de la alarma suscitada por la Lista Roja de Patrimonio de Hispania Nostra. El representante autonómico ha venido restando credibilidad a este tipo de informes porque «suelen tener muchos errores». Municio, a la sazón experto en asuntos arqueológicos y relacionados con el patrimonio, ve un problema en este tipo de listas y es que están elaboradas por gente que, efectivamente, ha visitado los lugares que describe, pero que no posee información sobre el inmueble ni acerca de lo que la administración puede estar haciendo para solucionar las deficiencias.
El delegado también se queja de que quienes actualizan estas relaciones y dan la voz de alarma sobre la cantidad de bienes en riesgo de ruina y abandono «no nos han preguntado en ningún momento».
En esta defensa de la gestión patrimonial de la Junta, Luciano Municio cita, por ejemplo, la inclusión en la Lista Roja de Hispania Nostra del castillo de Sepúlveda, que se encuentra bien conservado y en uso por parte del Ayuntamiento. En otros casos, la Administración regional poco puede hacer porque se refieren a bienes de titularidad privada, como pasa con el monasterio de Nuestra Señora de la Sierra, en Collado Hermoso.
Inmersos en la restauración
Por su parte, la Fundación Patrimonio Histórico (FPH) hace lo que puede con los medios de los que dispone. A lo largo del año pasado, la institución efectuó 46 intervenciones en toda la comunidad autónoma, llegando a recuperar una decena de bienes culturales. La mejor medicina para aliviar los males que aquejan a los monumentos es el dinero para su restauración. La inversión realizada en 2010 por la fundación alcanzó los 2,7 millones de euros, aunque ya se sabe que, en estos casos, todo esfuerzo se queda corto para salvar la vida de todos aquellos tesoros, ya sean muebles o inmuebles, que agonizan. En la provincia, este organismo concluyó el año pasado sus actuaciones en los sepulcros del presbiterio de la iglesia de San Esteban de Cuéllar. Aún sin terminar, inmerso en pleno proceso de restauración, se encuentra el órgano de la Epístola de la Catedral de la capital segoviana.
Precisamente la villa cuellarana alberga dos de los monumentos amenazados que la Lista Roja de Hispania Nostra recoge en la provincia. Son la torre de la iglesia de Santa Marina, en la que diagnostica «degradación progresiva, desprendimientos, hundimientos y la presencia de hiedras en uno de los lados que debilitan su estabilidad», según reza el informe. El otro paciente localizado en Cuéllar es el convento de la Santísima Trinidad, el cual, excluyendo la iglesia, que se reconvirtió en vivienda particular, padece «en su conjunto un estado ruinoso».
El análisis de la agrupación añade que «desde hace unos años comenzaron los desprendimientos exteriores, estando arruinadas las cubiertas y buena parte del interior». Se trata de un inmueble de titularidad privada, circunstancia que se repite en varios vestigios en peligro de desaparición existentes en la provincia Segovia.
Son los casos de la iglesia sepulvedana de San Millán, datada en el siglo X y que el titular privado ha puesto a la venta por 400.000 euros; o del Palacio de los Marqueses, en Aguilafuente, parte del cual se ha transformado en casa rural. En Collado Hermoso, el citado monasterio de Nuestra Señora de la Sierra, también de propiedad privada y declarado Monumento Nacional hace ochenta años, cuenta con un proyecto promovido por particulares a través del cual se conservarán las ruinas del vetusto templo. Esta iniciativa posee el visto bueno de la Comisión Territorial de Patrimonio desde octubre de 2008, aunque el riesgo de expolio persiste, avisa la radiografía de Hispania Nostra.
A lo largo de 2010 también se ha sumado a esa lista de espera de restauración por culpa del abandono la iglesia de San Cristóbal, en El Olmillo. El paso del tiempo ha hecho mella en este templo del siglo XIII. El olvido le ha llevado al deterioro, que de momento se ha cobrado la cubierta del templo.
Por su parte, la Fundación Patrimonio Histórico (FPH) hace lo que puede con los medios de los que dispone. A lo largo del año pasado, la institución efectuó 46 intervenciones en toda la comunidad autónoma, llegando a recuperar una decena de bienes culturales. La mejor medicina para aliviar los males que aquejan a los monumentos es el dinero para su restauración. La inversión realizada en 2010 por la fundación alcanzó los 2,7 millones de euros, aunque ya se sabe que, en estos casos, todo esfuerzo se queda corto para salvar la vida de todos aquellos tesoros, ya sean muebles o inmuebles, que agonizan. En la provincia, este organismo concluyó el año pasado sus actuaciones en los sepulcros del presbiterio de la iglesia de San Esteban de Cuéllar. Aún sin terminar, inmerso en pleno proceso de restauración, se encuentra el órgano de la Epístola de la Catedral de la capital segoviana.
Precisamente la villa cuellarana alberga dos de los monumentos amenazados que la Lista Roja de Hispania Nostra recoge en la provincia. Son la torre de la iglesia de Santa Marina, en la que diagnostica «degradación progresiva, desprendimientos, hundimientos y la presencia de hiedras en uno de los lados que debilitan su estabilidad», según reza el informe. El otro paciente localizado en Cuéllar es el convento de la Santísima Trinidad, el cual, excluyendo la iglesia, que se reconvirtió en vivienda particular, padece «en su conjunto un estado ruinoso».
El análisis de la agrupación añade que «desde hace unos años comenzaron los desprendimientos exteriores, estando arruinadas las cubiertas y buena parte del interior». Se trata de un inmueble de titularidad privada, circunstancia que se repite en varios vestigios en peligro de desaparición existentes en la provincia Segovia.
Son los casos de la iglesia sepulvedana de San Millán, datada en el siglo X y que el titular privado ha puesto a la venta por 400.000 euros; o del Palacio de los Marqueses, en Aguilafuente, parte del cual se ha transformado en casa rural. En Collado Hermoso, el citado monasterio de Nuestra Señora de la Sierra, también de propiedad privada y declarado Monumento Nacional hace ochenta años, cuenta con un proyecto promovido por particulares a través del cual se conservarán las ruinas del vetusto templo. Esta iniciativa posee el visto bueno de la Comisión Territorial de Patrimonio desde octubre de 2008, aunque el riesgo de expolio persiste, avisa la radiografía de Hispania Nostra.
A lo largo de 2010 también se ha sumado a esa lista de espera de restauración por culpa del abandono la iglesia de San Cristóbal, en El Olmillo. El paso del tiempo ha hecho mella en este templo del siglo XIII. El olvido le ha llevado al deterioro, que de momento se ha cobrado la cubierta del templo.
Recorte presupuestario
Ese problema pecuniario puede verse agravado este año con la crisis y los recortes que las administraciones han aplicado a sus carteras. Basta decir que el gasto en 2011 destinado a la política del Ministerio de Cultura es ligeramente superior a 1.051,03 millones de euros, con una merma del 12,3% respecto al ejercicio anterior, según consta en el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para el ejercicio actual. Los programas relacionados con la administración, conservación restauración y protección del patrimonio histórico en el país cuentan con una dotación de casi 179,8 millones de euros.
Ese problema pecuniario puede verse agravado este año con la crisis y los recortes que las administraciones han aplicado a sus carteras. Basta decir que el gasto en 2011 destinado a la política del Ministerio de Cultura es ligeramente superior a 1.051,03 millones de euros, con una merma del 12,3% respecto al ejercicio anterior, según consta en el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para el ejercicio actual. Los programas relacionados con la administración, conservación restauración y protección del patrimonio histórico en el país cuentan con una dotación de casi 179,8 millones de euros.
Foto: Sacramenia. Portada de la ermita de San Miguel, uno de los monumentos incluidos en la Lista Roja de Patrimonio de Hispania Nostra en Segovia (El Norte) y torre de la iglesia de Santa Marina, en Cuéllar (Mónica Rico).
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