Camarzana: ¿otra nube de verano?
Por Fernando Regueras Grande*
Más de 5.000 personas han visitado los restos descubiertos de la villa tardorromana de Camarzana de Tera durante las jornadas de puertas abiertas el 11 y 12 de agosto pasados.Conocida para la arqueología desde 1861, en el pueblo nunca ha sido novedad porque vestigios de estructuras o mosaicos han aparecido de forma continua durante 150 años. Sin embargo después de mes y medio de excavaciones las cosas han cambiado radicalmente. En el solar donde los vecinos situaban el "palacio"se han exhumado efectivamente las ruinas de la casa señorial de un potentado astur-romano del siglo IV, apenas un retazo de la mansión y, a su vez, sólo una minúscula parte de todo el complejo rústico desarrollado bajo el pueblo, cuyas alineaciones siguen las de la propia quinta.
Las estructuras desenterradas se corresponden con una villa de peristilo o patio porticado, con mosaicos, oculto bajo la carretera (donde afloraron en 1860 al trazarse dicha calzada) e inmuebles adyacentes. Al corredor occidental abre un triclinium (o comedor de gala) tapizado con un mosaico donde el señor se ufanaba entre sus amigos de sus gustos favoritos, la caza y los caballos con los que practicaría sus lances venatorios, todo transfigurado en clave mitológica (Orfeo encantando a los animales, según hipótesis de sus excavadores).
La quinta se extiende hacia el N mediante unos escalones que indican jerarquía porque en dicho espacio probablemente se despliega el ámbito más prestigioso del palacio, de uso más público y autocrático, que ordena el conjunto de la casa. Allí se encuentran los mosaicos más ricos en técnica y materiales, de pequeña tesela, dispuestas en abanico, de los que sólo se conocen un puñado de ejemplares en Hispania, lamentablemente todo muy maltratado. Son también los más significativos desde el punto de vista iconográfico, teselados mitológicos de un ciclo tal vez marino, presididos por un tapiz orlado de tritones mostrando ciertos rasgos que lo asemejan a algunas representaciones del Rapto de Europa o nereidas cabalgando toros marinos. Temas y extrema calidad de los mosaicos son similares a los de la cercana villa de Quintana del Marco (León), triturada a lo largo de un siglo, con la venia dolosa de las autoridades.Conozco bien y he publicado las villas y mosaicos de la región leonesa y su perversa historia patrimonial; por eso, me echo a temblar cuando pienso en el futuro de Camarzana, un pueblo que ha remozado bruscamente su caserío y apenas encuentra sus señas de identidad, sin recursos patrimoniales que ofrecer a sus vecinos y visitantes y que, sin embargo, ha encontrado ahora su auténtico ADN histórico en la villa romana sobre la que nació y asienta sus reales.
Rehabilitar la quinta de Camarzana como "museo de sitio", con la vistosidad de sus polícromos solados y la prestancia de sus fustes y capiteles, es oportunidad única para dignificar (y dinamizar) esta vieja villa del Tera que forma un mismo ayuntamiento con Santa Marta de Tera, donde se encuentra la más bella y visitada iglesia del N de Zamora. Se generarían así recursos patrimoniales de primera magnitud, directos, reales, de verdad, aburridos ya de tanto experimento liofilizado de Centros de Interpretación y Parques Temáticos.
Buena parte de las provincias de Castilla y León tienen su villa visitable, si no en proyecto de realización; el Ayuntamiento de la pequeña aldea de Sahelices el Chico (Salamanca) está comprando casi todas las cortinas donde se detectan restos musivos y promociona "su villa"con gomas y lapiceros para sus escolares; hasta en Ávila, bastante ayuna en recursos de este tipo, la Diputación se ha hecho cargo de las excavaciones en curso de San Pedro del Arroyo, y en la vecina Asturias acaba de abrirse al público (marzo 2007) un complejo espectacular en Veranes, poniendo en valor los restos de una quinta mucho menos imponente que los descubiertos en Camarzana de Tera.
Hago un esfuerzo y quiero creer que Zamora, en esta ocasión, no va a empezar por zeta, que las autoridades -desde las municipales a las autonómicas- actuarán como corresponde, y que 5.000 curiosos y el esfuerzo de mucha gente (promotor, arqueólogos, etc) no acabarán siendo, una vez más, otra nube de verano.
* Catedrático de Geografía e Historia. Investigador sobre mosaicos romanos. Ver Obra.Foto: Detalle de un mosaico de Camarzana de Tera.
Etiquetas: Opinión, villas romanas, Zamora
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