Vía de la Plata

LOS PUEBLOS DEL TRAZADO ORIGINAL DE LA CALZADA ROMANA DEFIENDEN EL TRAMO HISTÓRICO COMO EL ÚNICO REAL

Laura A. Oria

La Crónica
Dos mil años de historia no parecen suficientes para reconocer el trazado de una de las calzadas romanas más importantes del país. La Vía de la Plata, camino de peregrinaje escogido cada vez por más personas, se encuentra desde hace 16 años envuelta en una polémica que no llega a su fin.

Reconocida textual y verbalmente por todos los gobiernos existentes desde el año 1992 como el tramo que une Mérida y Astorga, las ayudas para el fomento de la misma se han desviado en demasiadas ocasiones hacia otros ramales de este camino, cuyas ciudades por las que transcurren han querido hacerse con su prestigio extendiéndolo desde Gijón hasta Sevilla y dejando fuera aquellas otras en las que los miliarios marcan el verdadero recorrido.

Hay que remontarse precisamente hasta principios de la década de los 90 para encontrar las primeras reivindicaciones de esos pueblos atravesados por la antigua Vía de la Plata. En 1992 y, a través del alcalde astorgano, Juan José Alonso Perandones, se pide al Gobierno y a la Junta de Castilla y León que respeten el trazado histórico de la vía en un momento en el que se creaba una línea de autobuses que unía Asturias y Andalucía, utilizando el nombre de esta calzada romana. Las capitales meridense y maragata quedaban entonces fuera de este recorrido.

Fue esta la raíz de un conflicto que continúa presente y que se centra en el interés de las ciudades incluidas en esa ruta- vía de dinamizar esa zona valiéndose del nombre de la Vía de la Plata. A partir de ahí se intenta relanzar a través de Turespaña un nuevo camino a imitación del de Santiago basándolo en las poblaciones que a día de hoy forman la Red de Ciudades Vía de la Plata. Para la Asociación de Pueblos en Defensa de este camino esto supone un menosprecio de la verdadera identidad del tramo histórico, subrayando que nunca han estado en contra de la existencia de la línea de autobuses y la potenciación del corredor norte- sur, sino de llevar a cabo ese fomento a costa de abandonar la calzada que da nombre a todo ello, es decir, utilizar su nombre para la defensa de otros territorios distintos a los que atraviesa. En este punto, afirman que no se oponen a que existan otros tramos al sur y al norte de Mérida y Astorga comunicados con la Vía de la Plata pero sí a que se diga que todo eso es el camino romano.

Defensa del trazado original

Avanzando en el tiempo, en 1997 se realiza la primera reunión para defender la calzada con los alcaldes de las poblaciones históricas, un hecho que dos años después daría lugar a la creación oficial de la Asociación de Pueblos en Defensa del trazado original. Con ello pretenden que no se abandone la promoción del mismo ya que el problema que surgía con la creación de la ruta- vía era la propuesta de un esquema turístico a través de la N- 630, y eso hacía que todos los pequeños pueblos que pertenecen a la calzada romana quedaran excluidos y por lo tanto abandonados.

En ese punto surge una iniciativa que hará cambiar alguno de los planteamientos de la vía Gijón- Sevilla. Un grupo de 54 profesores y catedráticos de diferentes universidades apoyan un manifiesto en defensa de la vieja calzada que da lugar a que los mapas editados por la ‘nueva ruta’ incluyan Astorga y Mérida, que habían sido eliminados, aunque tan solo las reflejan como una desviación. Esa defensa cerrada de los docentes les obliga a que, defiendan el tramo que defiendan, esas dos ciudades aparezcan en él. También en ese año, se lleva a cabo una de las primeras acciones que a lo largo de estos años han realizado los municipios del trazado histórico, repartiendo documentación sobre la calzada durante la presentación de la ruta- vía.

Esta iniciativa se repitió en Lisboa en el año 1998, paralizando el acto de fomento que iba a tener lugar en esa ciudad y , diez años después en Barcelona, donde se hizo llegar a los periodistas allí congregados material sobre la verdadera vía.

partir de estas medidas activas llegan los primeros acuerdos con el Gobierno para promocionar la vía sin más divisiones. La Dirección General de Turismo acepta que la calzada romana tendrá preferencia en inversiones de Patrimonio y una señalización propia, anunciándose entonces en los medios de comunicación “el principio del fin de una gran polémica”. Así mismo, la Junta promueve un acuerdo en el que refleja que el tronco principal se extiende entre Mérida y Astorga afirmando que “todo lo demás existe pero serán ramales”.

Sin embargo, el tiempo demuestra la fragilidad de estos compromisos y ese mismo año el grupo de pueblos en defensa de la Vía de la Plata tiene que buscar el apoyo del Defensor del Pueblo para frenar un anteproyecto de la administración Central en el que solicitaban a la Unesco el nombramiento de todo el recorrido como Patrimonio de la Humanidad, independientemente de lo que fuera o no histórico.

Todas las comunidades

A finales de 2004 Astorga consigue una reunión de representantes de Extremadura, Andalucía, Castilla y León, Galicia y Asturias con el Ministerio de Cultura en el que se acuerda respetar el trazado histórico y la difusión de la vía en función de dicho tramo, lo cual se concreta en la exposición ‘La Vía de la Plata, una calzada y mil caminos’.

Di cho acuerdo queda, sin embargo, invalidado cuando en el año 2008 aparece la Red de Ciudades de la Vía de la Plata. Desde entonces el Gobierno ha firmado dos convenios de colaboración, uno con Asturias y otro con Andalucía, para el fomento de la vía sin que ninguna de las poblaciones por la que pasa el trazado histórico haya recibido ningún tipo de ayuda.