Saldeana
RECUPERADO UN TRAMO DE LA MURALLA DEL CASTRO
Luis Falcón
La Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León, en el marco del Proyecto Europeo Interreg III A España - Portugal 'Patrimonio Fortificado en la Frontera: Origen e Historia', que desarrolla en colaboración con el Insituto Português do Património Arquitectónico, Direcçao Regional de Castelo Branco y con la ayuda financiera de la Unión Europea, ha intervenido en el castro de El Castillo de Saldeana
Las actuaciones han consistido principalmente en la recuperación del tramo oriental de la muralla. También se han instalado algunas señales con textos explicativos e ilustraciones, que permitirán al visitante conocer la historia de este enclave vettón y disfrutar de un incomparable paisaje. Un castro que está considerado como uno de los mejor conservados y mayor interés en Castilla y León.
Situación y accesos
A Saldeana se llega desde Salamanca tomando la carretera comarcal C-517. Pasados 5 km. de la localidad de Cerralbo, se coge el desvío a la CV-46 que, tras un trayecto de 8 km., conduce directamente a Saldeana.
Hay una distancia de 94 km. desde Salamanca.Para acceder al castro, situado al suroeste de la localidad, hay que tomar un camino de un 1 km. aproximadamente que sale del pueblo, de hecho el enclave se ve desde la propia localidad. Se puede recorrer en coche un tramo de unos 700 m; un área de estacionamiento nos permite dejar el vehículo y acercarnos andando al yacimiento. Saldeana se enclava dentro del Parque Natural de Arribes del Duero.
La cultura de Cogotas II
El suroeste de la Meseta Norte fue ocupado en la II Edad de Hierro (siglos V-II a. C.) por los vettones, pueblo celta que desarrolló en la Península la Cultura de Cogotas II o Cultura de los Verracos.
Los vettones se asentaban en castros, poblados situados en elevaciones y protegidos por recintos amurallados. Era una sociedad fuertemente jerarquizada dedicada principalmente a la ganadería y a la metalurgia, y en menor medida a otras actividades como el comercio o la artesanía. El rito funerario de estas gentes era la incineración; las necrópolis se hallan en las cercanías de los castros.
Una de sus señas de identidad son los verracos, esculturas zoomorfas labradas en granito que representan toros, cerdos o jabalíes. Se han hallado cerca de los castros, de las necrópolis o en las zonas de pastos de mejor calidad; por ello se cree que se colocaban para indicar los límites de los poblados, cementerios y territorios, y que de forma simbólica también protegían el ganado. En época romana algunos de ellos fueron reutilizados como monumentos funerarios.
A partir del siglo II a. C. la cultura vettona se transforma por el contacto con Roma. Algunos castros son abandonados con la conquista y sus habitantes se trasladan a otras áreas. Otros en cambio perduran incluso hasta época visigoda. Entre estos últimos destacan Salmantica y Augustobriga que se convertirán en municipios bajo los emperadores flavios.
Castro de El Castillo
A pesar de la ausencia de excavaciones arqueológicas, el origen del castro de El Castillo se establece en la II Edad de Hierro debido a sus características y cercanía con otros asentamientos similares. La continuidad del poblamiento a lo largo de la época romana se desprende de la existencia de estelas funerarias reaprovechadas como material de construcción en las casas de Saldeana; dichas estelas sin duda deben proceder de las necrópolis del poblado.
El castro se sitúa en un acusado meandro que forma el río Huebra en la confluencia con el Arroyo Grande, sobre un promontorio granítico. Ocupa un área de 3,5 has. Es éste un paraje con unas características defensivas excepcionales, al existir desniveles de hasta 160 m de altura.La muralla se circunscribe a las zonas más accesibles, al Norte y Sudeste. Está construida en mampostería de granito en seco y se adapta perfectamente a los desniveles del terreno.
La defensa se completa con un campo de piedras hincadas situado en el exterior del recinto. Está considerado como uno de los más importantes del mundo vettón, tanto por sus dimensiones, como por el tamaño de las piedras que llegan a medir más de un metro de altura.
Los accesos se hacían a través de dos puertas, hoy en día cegadas, que se abrían en las zonas este y norte. Un portillo, seguramente de época contemporánea, permite acceder actualmente al interior.
Más información
Es interesante mencionar que justo en la orilla opuesta del río Huebra, frente a El Castillo, se encuentra el castro de El Castillo de Saldañuela, ya en el término municipal de Bermellar. Se trata de un pequeño enclave vettón que, por su ubicación y reducido tamaño, quizás serviría de guarnición para proteger y vigilar El Castillo.
El paraje además de poseer una gran importancia histórica destaca por estar integrado en el Parque Natural de Arribes del Duero. Se enclava en un espacio natural excepcional ya que se sitúa sobre unos acusados farallones que traza el río Huebra, desde los que se puede apreciar un impresionante paisaje. El visitante además puede aprovechar para disfrutar del merendero que hay junto al Arroyo Grande. Se puede completar la visita en el Centro de Visitantes de Lumbrales donde se encontrará más información sobre los vettones y los asentamientos castreños de esta zona de Salamanca.
Horarios y visitas
La visita al castro es libre. Existen diversos carteles con información histórico-arqueológica sobre el castro. Más información en el Centro de Visitantes de la Casa de los Condes de Lumbrales.
Etiquetas: castros, Noticias de prensa, Salamanca
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