Catedral de León
DIEZ MESES DESPUÉS NO HAY UN PLAN PARA RESTAURAR LAS ESCULTURAS
La Junta afirma que los análisis ambientes serán clave y que no estarán concluidos hasta octubre
Verónica Viñas
Verónica Viñas
Diario de León La Junta no tiene un plan. Las 23 esculturas apeadas en julio pasado del pórtico de la Catedral siguen depositadas en el claustro y en la torre -"tres de ellas-" sin que los expertos decidan cómo acometer la rehabilitación de unas estatuas que, en muchos casos, se encuentran en situación límite. «La Consejería de Cultura está a la espera de decidir el criterio de restauración más adecuado en función de los resultados de los estudios», según fuentes de la Junta.
Desde noviembre del 2008 se está realizando un estudio climático comparado de las imágenes, que mide diferentes parámetros de temperatura, humedad, niveles de CO2 e insolación, para ver cómo estos factores ambientales afectan a la superficie de los relieves. Estos análisis no concluirán hasta octubre. La Junta se escuda en que estos informes serán claves para determinar el mejor protocolo de intervención. De momento, la administración autonómica tampoco se ha pronunciado sobre la conveniencia o no de realizar réplicas y mantener las originales, tras su restauración, en el museo de la Catedral. Las esculturas se han incorporado al Sueño de la Luz como proyecto expositivo. Dentro de poco las estatuas no estarán solas, cuando se inaugure el cubo de cristal que se construye en el claustro para explicar las restauraciones que se llevan a cabo en el templo gótico. Una ocasión única para ver desde otra perspectiva las 23 tallas góticas.
Estatuas lesionadas. Santos y vírgenes sufren amputaciones de dedos, narices y otras extremidades o sus rostros son prácticamente irreconocibles. Su situación es tan crítica que hubo que aplicar «cuidados paliativos» a las 23 estatuas antes de moverlas de sus peanas, por temor a que se hicieran añicos. De hecho, el traslado de los apóstoles y personajes del Antiguo Testamento esculpidos por los maestros góticos fue una auténtica «prueba de fuego», ya que existía el peligro de que no soportaran este corto viaje. Las estatuas, de tamaño ligeramente superior al natural, son obra de diferentes maestros y épocas -"entre los años 1280 y 1458-". La espesa capa de suciedad que han acumulado, unido al desgaste y la erosión propias del paso del tiempo, han borrado cualquier resto de la policromía que las decoraba. Si la Junta no ha querido aventurar cuándo comenzará la restauración, mucho menos aún el tiempo que los expertos tardarán en rehabilitarlas.
En el pórtico sólo ha quedado una imagen: la réplica de la Virgen Blanca que se colocó en 1958, después de trasladar la original -"muy dañada-" al interior de la Catedral. San Juan Bautista es uno de los más deteriorados. Hace honor a la historia del personaje, ya que está «decapitado». Al apear la escultura se comprobó que la cabeza estaba unida al tronco por un palo (literalmente). Igualmente, la talla de El Salvador está troceada en tres partes: piernas, torso y cabeza.
Desde noviembre del 2008 se está realizando un estudio climático comparado de las imágenes, que mide diferentes parámetros de temperatura, humedad, niveles de CO2 e insolación, para ver cómo estos factores ambientales afectan a la superficie de los relieves. Estos análisis no concluirán hasta octubre. La Junta se escuda en que estos informes serán claves para determinar el mejor protocolo de intervención. De momento, la administración autonómica tampoco se ha pronunciado sobre la conveniencia o no de realizar réplicas y mantener las originales, tras su restauración, en el museo de la Catedral. Las esculturas se han incorporado al Sueño de la Luz como proyecto expositivo. Dentro de poco las estatuas no estarán solas, cuando se inaugure el cubo de cristal que se construye en el claustro para explicar las restauraciones que se llevan a cabo en el templo gótico. Una ocasión única para ver desde otra perspectiva las 23 tallas góticas.
Estatuas lesionadas. Santos y vírgenes sufren amputaciones de dedos, narices y otras extremidades o sus rostros son prácticamente irreconocibles. Su situación es tan crítica que hubo que aplicar «cuidados paliativos» a las 23 estatuas antes de moverlas de sus peanas, por temor a que se hicieran añicos. De hecho, el traslado de los apóstoles y personajes del Antiguo Testamento esculpidos por los maestros góticos fue una auténtica «prueba de fuego», ya que existía el peligro de que no soportaran este corto viaje. Las estatuas, de tamaño ligeramente superior al natural, son obra de diferentes maestros y épocas -"entre los años 1280 y 1458-". La espesa capa de suciedad que han acumulado, unido al desgaste y la erosión propias del paso del tiempo, han borrado cualquier resto de la policromía que las decoraba. Si la Junta no ha querido aventurar cuándo comenzará la restauración, mucho menos aún el tiempo que los expertos tardarán en rehabilitarlas.
En el pórtico sólo ha quedado una imagen: la réplica de la Virgen Blanca que se colocó en 1958, después de trasladar la original -"muy dañada-" al interior de la Catedral. San Juan Bautista es uno de los más deteriorados. Hace honor a la historia del personaje, ya que está «decapitado». Al apear la escultura se comprobó que la cabeza estaba unida al tronco por un palo (literalmente). Igualmente, la talla de El Salvador está troceada en tres partes: piernas, torso y cabeza.
Etiquetas: catedrales, León
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