Lucha leonesa
LOS GRUPOS DE LAS CORTES RESPALDAN QUE LA LUCHA LEONESA SEA BIC
De esta forma se pretende "reconocer y proteger la lucha leonesa potenciando y difundiendo su investigación"
leonoticias.com
leonoticias.com
El portavoz socialista de Cultura y Patrimonio, José Ignacio Martín, ha expresado este martes la "satisfacción de todo el grupo parlamentario socialista" ante el respaldo de la Comisión de Cultura a la Proposición No de Ley defendida por el PSOE instando a la Junta de Castilla y León a iniciar los estudios para "reconocer y proteger la lucha leonesa potenciando y difundiendo su investigación".
El debate de la iniciativa parlamentaria del PSOE ha concluido con el acuerdo de los grupos parlamentarios de trasladar a la Junta de Castilla y León la posibilidad de iniciar, en función de sus competencias, los estudios dirigidos al reconocimiento y protección de la lucha leonesa y sus variantes como Bien de Interés Cultural (BIC) e instar a la Junta continuar la labor de potenciación y difusión del conocimiento de la lucha leonesa, como una de las modalidades de deportes autóctonos de la Comunidad de Castilla y León.
“Nos congratulamos del acuerdo”, manifestó al termino del debate y votación de la propuesta el procurador socialista José Ignacio Martín Benito quien, en su intervención en la Comisión de Cultura, recordó varios acuerdos alcanzados
sobre León, como el del Filandón, el de los códices medievales de San Isidoro y la catedral de León, o, recientemente, el de los conjuntos históricos de Salas de los Barrios, Lombillo y Villar de los Barrios. Martín Benito pidió, no obstante, que “la Junta sea más diligente en aplicar las resoluciones aprobadas por las Cortes y no deje pasar el tiempo sin actuar.”
Una lucha con historia
La lucha es uno de los deportes autóctonos que cuenta con una gran tradición en España. Entre las diversas modalidades podemos citar la lucha de la Cruz, que se practicaba en la provincia de Salamanca, especialmente en el municipio de Aldeanueva de Figueroa; las vueltas o marañas en Muga de Sayago-Zamora, las luchas o trinchas (Zamora), la engarrucha y aluches (Cantabria), loita (Galicia), la galholfa (norte Portugal), el baltu (Asturias), el valto (Concejo de la Lomba - León) , el altío o aluchas (La Cepeda - León), entre otras. Otras modalidades de lucha en España son la lucha del Roncal (Pirineos), probar a juntar (Baleares) y la lucha canaria.
La lucha viajó con la trashumancia. J. González en su libro Casta de Astures (1951) describe como "...Efectivamente, allá, en Extremadura, en las majadas de la Alcudia y de la Serena, he visto desafíos de pastores nuestros con otros de las cabañas de Perales y de Bornos, y son ellos, los luchadores, los que deciden las caídas dudosas."
Referencias a los aluches se conocen desde la Edad Media, como medio de dirimir controversias entre ganaderos, pastores y labradores.
En la provincia de León, el aluche es una costumbre fuertemente arraigada en las áreas rurales, con normas y técnicas transmitidas de generación en generación. Desde antiguo, los aluches aparecen asociadas a fiestas y romerías, tanto en la montaña como en la ribera de la mitad oriental. Referencias no faltan en los escritores costumbristas de los últimos siglos y también se recogen en el Diccionario de Pascual Madoz .
Los aluches tradicionales se organizan en torno a un corro en el prado donde se celebra la fiesta. El combate tiene lugar entre dos luchadores, entrelazados con los brazos por encima y por debajo de los hombros, mientras permanecen con las piernas en paralelo y el pecho hacia delante; cada oponente trata de tirar al otro al suelo dando la espalda contra el suelo. En caso de alguna disconformidad con alguna acción, el público ejerce de juez.
De la tradición al presente
Tradicionalmente se luchaba con ropa de calle, con los pantalones remangados hasta la rodilla, en mangas de camisa y descalzos. Antes de la introducción del cinto, los contendientes se agarraban al pantalón, que era de estameña o sayal muy resistente. En ocasiones, un buen luchador tenía que «tirar» hasta treinta contrarios seguidos antes de ser campeón o «gallo» del corro. Los premios correspondían al que hubiese quedado al final invicto y al que más contrarios hubiera tirado. El premio, que suele ser en especie (una rosca, un gallo, un cordero), no es lo más importante, y sí lo es el honor de ser el campeón del corro.
Pero la tradición de los aluches ha dado paso también actualmente a un deporte federado, que cuenta con reglamento propio y corros o recintos específicos organizados por la Federación Leonesa de Lucha. La unificación de las normas de la lucha leonesa tuvo lugar en los años treinta del pasado siglo; estas normas sirvieron de base para el reglamento actual, que data de 1970. La lucha leonesa cuenta en la provincia de León con una gran tradición, que ha cuajado en el mantenimiento y organización de campeonatos, y a la existencia de una Federación Territorial de Castilla y León de Lucha. Los corros de aluches se celebran en tres zonas: Montaña Central, montaña oriental y Tierra de León.
El debate de la iniciativa parlamentaria del PSOE ha concluido con el acuerdo de los grupos parlamentarios de trasladar a la Junta de Castilla y León la posibilidad de iniciar, en función de sus competencias, los estudios dirigidos al reconocimiento y protección de la lucha leonesa y sus variantes como Bien de Interés Cultural (BIC) e instar a la Junta continuar la labor de potenciación y difusión del conocimiento de la lucha leonesa, como una de las modalidades de deportes autóctonos de la Comunidad de Castilla y León.
“Nos congratulamos del acuerdo”, manifestó al termino del debate y votación de la propuesta el procurador socialista José Ignacio Martín Benito quien, en su intervención en la Comisión de Cultura, recordó varios acuerdos alcanzados
sobre León, como el del Filandón, el de los códices medievales de San Isidoro y la catedral de León, o, recientemente, el de los conjuntos históricos de Salas de los Barrios, Lombillo y Villar de los Barrios. Martín Benito pidió, no obstante, que “la Junta sea más diligente en aplicar las resoluciones aprobadas por las Cortes y no deje pasar el tiempo sin actuar.”
Una lucha con historia
La lucha es uno de los deportes autóctonos que cuenta con una gran tradición en España. Entre las diversas modalidades podemos citar la lucha de la Cruz, que se practicaba en la provincia de Salamanca, especialmente en el municipio de Aldeanueva de Figueroa; las vueltas o marañas en Muga de Sayago-Zamora, las luchas o trinchas (Zamora), la engarrucha y aluches (Cantabria), loita (Galicia), la galholfa (norte Portugal), el baltu (Asturias), el valto (Concejo de la Lomba - León) , el altío o aluchas (La Cepeda - León), entre otras. Otras modalidades de lucha en España son la lucha del Roncal (Pirineos), probar a juntar (Baleares) y la lucha canaria.
La lucha viajó con la trashumancia. J. González en su libro Casta de Astures (1951) describe como "...Efectivamente, allá, en Extremadura, en las majadas de la Alcudia y de la Serena, he visto desafíos de pastores nuestros con otros de las cabañas de Perales y de Bornos, y son ellos, los luchadores, los que deciden las caídas dudosas."
Referencias a los aluches se conocen desde la Edad Media, como medio de dirimir controversias entre ganaderos, pastores y labradores.
En la provincia de León, el aluche es una costumbre fuertemente arraigada en las áreas rurales, con normas y técnicas transmitidas de generación en generación. Desde antiguo, los aluches aparecen asociadas a fiestas y romerías, tanto en la montaña como en la ribera de la mitad oriental. Referencias no faltan en los escritores costumbristas de los últimos siglos y también se recogen en el Diccionario de Pascual Madoz .
Los aluches tradicionales se organizan en torno a un corro en el prado donde se celebra la fiesta. El combate tiene lugar entre dos luchadores, entrelazados con los brazos por encima y por debajo de los hombros, mientras permanecen con las piernas en paralelo y el pecho hacia delante; cada oponente trata de tirar al otro al suelo dando la espalda contra el suelo. En caso de alguna disconformidad con alguna acción, el público ejerce de juez.
De la tradición al presente
Tradicionalmente se luchaba con ropa de calle, con los pantalones remangados hasta la rodilla, en mangas de camisa y descalzos. Antes de la introducción del cinto, los contendientes se agarraban al pantalón, que era de estameña o sayal muy resistente. En ocasiones, un buen luchador tenía que «tirar» hasta treinta contrarios seguidos antes de ser campeón o «gallo» del corro. Los premios correspondían al que hubiese quedado al final invicto y al que más contrarios hubiera tirado. El premio, que suele ser en especie (una rosca, un gallo, un cordero), no es lo más importante, y sí lo es el honor de ser el campeón del corro.
Pero la tradición de los aluches ha dado paso también actualmente a un deporte federado, que cuenta con reglamento propio y corros o recintos específicos organizados por la Federación Leonesa de Lucha. La unificación de las normas de la lucha leonesa tuvo lugar en los años treinta del pasado siglo; estas normas sirvieron de base para el reglamento actual, que data de 1970. La lucha leonesa cuenta en la provincia de León con una gran tradición, que ha cuajado en el mantenimiento y organización de campeonatos, y a la existencia de una Federación Territorial de Castilla y León de Lucha. Los corros de aluches se celebran en tres zonas: Montaña Central, montaña oriental y Tierra de León.
Foto: Un corro de lucha leonesa delante de la catedral de Leóne en la festividad de San Froilán.
Etiquetas: BIC, León, Tradiciones
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio