Lista Roja en Segovia
EL PATRIMONIO DE LA PROVINCIA, EN LA UVI
La Lista Roja de monumentos y entornos naturales en riesgo de desaparición que elabora Hispania Nostra eleva a trece los bienes abandonados y en ruinas o franco deterioro
César Blanco
Foto: Ermita del Casuar (Montejo de la Vega). Nuestra Señora de Los Ángeles.
La Lista Roja de monumentos y entornos naturales en riesgo de desaparición que elabora Hispania Nostra eleva a trece los bienes abandonados y en ruinas o franco deterioro
César Blanco
El Norte de Castilla
El enfermo cada vez tiene peor cara. El diagnóstico revela abandono, desidia y ruina. Los síntomas son cada vez más acusados. El patrimonio arquitectónico y eclesiástico de la provincia está en la UVI, requiere cuidados intensivos para recobrar su esplendor y su aspecto saludable. Los especialistas que han elaborado esta radiografía son los del la asociación sin ánimo de lucro Hispania Nostra, que actualizan la que han dado en llamar la Lista Roja de bienes sobre los que pende la amenazante espada de la desaparición.
La provincia es un ejemplo de la pandemia que azota a Castilla y León, donde 107 monumentos, edificios o parajes naturales están en riesgo. hace apenas cinco meses, esa relación constaba de una decena de enfermos menos.
Segovia, y en concreto sus tesoros arquitectónicos y sacros distribuidos por la provincia también ha experimentado un empeoramiento en ese mal que aqueja al patrimonio y que se llama abandono. Un estado de olvido que a veces se ve agravado por la acción vandálica del hombre, que afea o destruye esta riqueza. Basten como ejemplo los ataques sufridos en forma de pintadas en algunos templos de la capital o las agresiones padecidas por los yacimientos arqueológicos de Domingo García.
En la provincia, al igual que en el resto de la comunidad autonomía, se puede decir que esa lista de Hispania Nostra cada vez es más roja porque poco a poco incorpora pacientes. El último diagnóstico aún augura un panorama menos halagüeño. Si nos remontamos a la consulta realizada hace un año y medio, cinco monumentos de la provincia estaban amenazados por la ruina. Actualmente, la relación de la Lista Roja recoge trece, dos más que hace tan sólo cinco meses.
Dos pacientes nuevos
Una de las recientes incorporaciones a la ruinosa relación de Hispania Nostra es la del convento de la Santísima Trinidad de Cuéllar. El informe contempla que «desde hace unos años comenzaron los desprendimientos exteriores, estando arruinadas las cubiertas y buena parte del interior». Se trata de un inmueble de titularidad privada, como ocurre en varios vestigios en peligro de desaparición existentes en Segovia. Son los casos de la iglesia de San Millán, en Sepúlveda, o del Palacio de los Marqueses, en Aguilafuente.
El segundo enfermo que se ha sumado desde la primavera a la lista de bienes y entornos naturales en riesgo es la iglesia de San Cristóbal, en El Olmillo. Un templo del siglo XIII al que el abandono le ha conducido a un profundo deterioro, que de momento se ha cobrado la cubierta del templo.
Lo peor de todo es que el mal se ha extendido tanto que los esfuerzos de las administraciones por recuperar y salvar los bienes enfermos se antojan insuficientes. Este verano, la Delegación Territorial de la Junta daba esperanzas para algunos inmuebles dentro de su Plan de Protección del Patrimonio Histórico impulsado por la Consejería de Cultural y Turismo que dirige María José Salgueiro. Así, la parte histórica del Seminario Diocesano de la capital ha recibido la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de monumento. Otro tesoro de la provincia en vías de obtener el certificado de protección es la abadía de Santa María de Párreces de Bercial, para la que la Administración ha incoado el proceso con el fin de que el bien sea catalogado como Monumento.
Protección infructuosa
Pero no hay que fiarse de esta especie de vacunación preventiva. El abandono y el olvido se han mostrado en diversas ocasiones inmunes y han proseguido su silenciosa pero tristemente eficaz tarea de destrucción y arruniamiento del patrimonio.
En la provincia abundan ejemplos de bienes protegidos que han caído en desgracia. Según Hispania Nostra, ahí están la ermita de San Benito, en Domingo García, declarada BIC y en deterioro progresivo desde hace tiempo, o el monasterio de Nuestra Señora de la Sierra, en Collado Hermoso, clasificado como Monumento Nacional en el año 1931 y donde la iniciativa privada parece haber acometido un intento de conservación de las ruinas. Tampoco conviene olvidar el modelo de románico segoviano de la iglesia, hoy ruinosa, de San Miguel, en Sacramenia, que es Monumento Histórico Artístico desde hace 26 años.
Dos de los monumentos que la Lista Roja localiza en Segovia están en Sepúlveda. Por un lado, el informe alerta del deterioro progresivo del castillo de Fernán González, inmueble testigo directo de la vida de la villa segoviana. El hecho de estar deshabitado ha contribuido a su ruina. También en Sepúlveda está la iglesia de San Millán. Hispania Nostra avisa de los usos indebidos que se llevan a cabo en este entorno y que perjudican la conservación del templo, cuya torre ha sufrido varios desprendimientos.
El ahora ruinoso monasterio de San Martín del Casuar, en Montejo de la Vega. Este priorato benedictino situado en el entorno de las Hoces del Riaza es Bien de Interés Cultural, con categoría de Monumento por un decreto de 1997. Pero de poco le ha servido
En Navares de las Cuevas se levanta el Palacio del Marqués de Revilla. Patrimonio Artístico de Interés Provincial desde junio de 1977, presenta un estado de abandono que el Ayuntamiento trata de paliar. Para ello, busca financiación que permita la rehabilitación de esta construcción del siglo XVII. A pesar de estar en ruinas, conserva su fachada y paredes herrerianas.
La ruina se cierne también sobre Palacio de los Marqueses de Aguilafuente, al que el olvido le ha llevado a un estado lamentable, aunque parte del edificio se ha convertido en casa rural.
En la capital, no hay que dejar pasar los desprendimientos acaecidos en los últimos meses debido al mal estado en el que se hallan algunos de los templos más significativos. Las humedades y la paulatina erosión han hecho mella en las estructuras de San Millán, La Trinidad y San Clemente.
El enfermo cada vez tiene peor cara. El diagnóstico revela abandono, desidia y ruina. Los síntomas son cada vez más acusados. El patrimonio arquitectónico y eclesiástico de la provincia está en la UVI, requiere cuidados intensivos para recobrar su esplendor y su aspecto saludable. Los especialistas que han elaborado esta radiografía son los del la asociación sin ánimo de lucro Hispania Nostra, que actualizan la que han dado en llamar la Lista Roja de bienes sobre los que pende la amenazante espada de la desaparición.
La provincia es un ejemplo de la pandemia que azota a Castilla y León, donde 107 monumentos, edificios o parajes naturales están en riesgo. hace apenas cinco meses, esa relación constaba de una decena de enfermos menos.
Segovia, y en concreto sus tesoros arquitectónicos y sacros distribuidos por la provincia también ha experimentado un empeoramiento en ese mal que aqueja al patrimonio y que se llama abandono. Un estado de olvido que a veces se ve agravado por la acción vandálica del hombre, que afea o destruye esta riqueza. Basten como ejemplo los ataques sufridos en forma de pintadas en algunos templos de la capital o las agresiones padecidas por los yacimientos arqueológicos de Domingo García.
En la provincia, al igual que en el resto de la comunidad autonomía, se puede decir que esa lista de Hispania Nostra cada vez es más roja porque poco a poco incorpora pacientes. El último diagnóstico aún augura un panorama menos halagüeño. Si nos remontamos a la consulta realizada hace un año y medio, cinco monumentos de la provincia estaban amenazados por la ruina. Actualmente, la relación de la Lista Roja recoge trece, dos más que hace tan sólo cinco meses.
Dos pacientes nuevos
Una de las recientes incorporaciones a la ruinosa relación de Hispania Nostra es la del convento de la Santísima Trinidad de Cuéllar. El informe contempla que «desde hace unos años comenzaron los desprendimientos exteriores, estando arruinadas las cubiertas y buena parte del interior». Se trata de un inmueble de titularidad privada, como ocurre en varios vestigios en peligro de desaparición existentes en Segovia. Son los casos de la iglesia de San Millán, en Sepúlveda, o del Palacio de los Marqueses, en Aguilafuente.
El segundo enfermo que se ha sumado desde la primavera a la lista de bienes y entornos naturales en riesgo es la iglesia de San Cristóbal, en El Olmillo. Un templo del siglo XIII al que el abandono le ha conducido a un profundo deterioro, que de momento se ha cobrado la cubierta del templo.
Lo peor de todo es que el mal se ha extendido tanto que los esfuerzos de las administraciones por recuperar y salvar los bienes enfermos se antojan insuficientes. Este verano, la Delegación Territorial de la Junta daba esperanzas para algunos inmuebles dentro de su Plan de Protección del Patrimonio Histórico impulsado por la Consejería de Cultural y Turismo que dirige María José Salgueiro. Así, la parte histórica del Seminario Diocesano de la capital ha recibido la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de monumento. Otro tesoro de la provincia en vías de obtener el certificado de protección es la abadía de Santa María de Párreces de Bercial, para la que la Administración ha incoado el proceso con el fin de que el bien sea catalogado como Monumento.
Protección infructuosa
Pero no hay que fiarse de esta especie de vacunación preventiva. El abandono y el olvido se han mostrado en diversas ocasiones inmunes y han proseguido su silenciosa pero tristemente eficaz tarea de destrucción y arruniamiento del patrimonio.
En la provincia abundan ejemplos de bienes protegidos que han caído en desgracia. Según Hispania Nostra, ahí están la ermita de San Benito, en Domingo García, declarada BIC y en deterioro progresivo desde hace tiempo, o el monasterio de Nuestra Señora de la Sierra, en Collado Hermoso, clasificado como Monumento Nacional en el año 1931 y donde la iniciativa privada parece haber acometido un intento de conservación de las ruinas. Tampoco conviene olvidar el modelo de románico segoviano de la iglesia, hoy ruinosa, de San Miguel, en Sacramenia, que es Monumento Histórico Artístico desde hace 26 años.
Dos de los monumentos que la Lista Roja localiza en Segovia están en Sepúlveda. Por un lado, el informe alerta del deterioro progresivo del castillo de Fernán González, inmueble testigo directo de la vida de la villa segoviana. El hecho de estar deshabitado ha contribuido a su ruina. También en Sepúlveda está la iglesia de San Millán. Hispania Nostra avisa de los usos indebidos que se llevan a cabo en este entorno y que perjudican la conservación del templo, cuya torre ha sufrido varios desprendimientos.
El ahora ruinoso monasterio de San Martín del Casuar, en Montejo de la Vega. Este priorato benedictino situado en el entorno de las Hoces del Riaza es Bien de Interés Cultural, con categoría de Monumento por un decreto de 1997. Pero de poco le ha servido
En Navares de las Cuevas se levanta el Palacio del Marqués de Revilla. Patrimonio Artístico de Interés Provincial desde junio de 1977, presenta un estado de abandono que el Ayuntamiento trata de paliar. Para ello, busca financiación que permita la rehabilitación de esta construcción del siglo XVII. A pesar de estar en ruinas, conserva su fachada y paredes herrerianas.
La ruina se cierne también sobre Palacio de los Marqueses de Aguilafuente, al que el olvido le ha llevado a un estado lamentable, aunque parte del edificio se ha convertido en casa rural.
En la capital, no hay que dejar pasar los desprendimientos acaecidos en los últimos meses debido al mal estado en el que se hallan algunos de los templos más significativos. Las humedades y la paulatina erosión han hecho mella en las estructuras de San Millán, La Trinidad y San Clemente.
Foto: Ermita del Casuar (Montejo de la Vega). Nuestra Señora de Los Ángeles.
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