La destitución de José Navarro Talegón (14)
EL "CASO TALEGÓN"
Roberto Carbajal
Roberto Carbajal
El Norte de Castilla, 17 noviembre 2007
PUEDES salir a la calle sin mirar o sin ver, pero si mientras caminas tampoco piensas entonces tienes un problema. Es el estado ideal para quien ostenta el Poder, tener el pesebre a rebosar de gente atolondrada. Quienes piensan son peligrosos y más aún si difunden sus ideas, por eso ciertos sectores del politiqueo se ponen de vez en cuando de acuerdo para callar al que resulta molesto. Es lo que ha sucedido hace pocos días en Toro, ciudad célebre por su vino y por las piernas que pisan la uva. Los ciudadanos de esa ciudad se despertaron sobresaltados con la noticia de que uno de sus hijos más queridos había sido apartado de la Comisión Territorial de Patrimonio por no resultar cómodo para la Junta.
PUEDES salir a la calle sin mirar o sin ver, pero si mientras caminas tampoco piensas entonces tienes un problema. Es el estado ideal para quien ostenta el Poder, tener el pesebre a rebosar de gente atolondrada. Quienes piensan son peligrosos y más aún si difunden sus ideas, por eso ciertos sectores del politiqueo se ponen de vez en cuando de acuerdo para callar al que resulta molesto. Es lo que ha sucedido hace pocos días en Toro, ciudad célebre por su vino y por las piernas que pisan la uva. Los ciudadanos de esa ciudad se despertaron sobresaltados con la noticia de que uno de sus hijos más queridos había sido apartado de la Comisión Territorial de Patrimonio por no resultar cómodo para la Junta.
José Navarro Talegón había dedicado toda una vida a velar por que los amos del ladrillo y la ligereza de las instituciones no acabasen con el acervo cultural de aquel municipio y del resto de la provincia. Una buena tarde a este guardián de la conciencia un par de delincuentes le dieron una paliza enviados por algún destructor, con la intención de que manejase otras ideas a la hora de vigilar el patrimonio histórico. Talegón no denunció el hecho, ni siquiera se defendió de la agresión. Su compromiso le hizo pedir un crédito personal para afrontar los gastos de la exposición de arte sacro 'Legados', celebrada en el 2006, que contaba con la subvención de la Consejería de Silvia Clemente. La consejera no hacía buenas migas con el alcalde y senador popular Jesús Sedano y el dinero llegó nueve meses más tarde. Clemente dejó el mundo de la cultura y ahora se aposenta sobre el mundo de la agricultura, dos disciplinas que vienen a ser lo mismo.
Durante casi treinta años, la voz de este prohombre toresano ha encauzado las acciones que afectaban a aquellos bienes, pero la presión política y empresarial han hecho que el Gobierno regional no volviera a sentarlo en la Comisión. Este asunto recuerda al célebre caso Dreyfus. A finales del siglo XIX, el capitán francés fue acusado de pasar información a los alemanes. La cúpula militar que lo encausó era abiertamente antisemita y la condición de judío de Dreyfus lo convirtió en chivo expiatorio. Fue degradado públicamente en el patio de armas y recluido en la isla del Diablo, hasta que un grupo de intelectuales y el propio militar demostraron su inocencia encontrando al culpable de espionaje. Aquel episodio alumbró el 'Yo acuso' que inmortalizó Émile Zola y que cambió radicalmente la estructura interna del país vecino.
Ahora la Junta ha nombrado a Luis Vasallo como nuevo comisionado, tal vez confiando en que su apellido haga honor a las intenciones con que ha sido elegido. Mientras tanto, Toro levantada en armas; la consejera María José Salgueiro, disfrutando de los recuerdos imborrables junto a Sophia Loren, sin ser consciente de la complicidad de la depuración de Talegón; el delegado territorial, Alberto Castro, de don Tancredo. Y los toresanos mirando, viendo y pensando.
Etiquetas: Noticias de prensa, Opinión, Zamora
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